Cruzar el estacionamiento me parece una eternidad. Es negruzco, plano y amplió como un desierto de concreto. No podría haber trincheras, a menos de que usáramos un taladro industrial. Pero ya era igual de feo desde antes, un enorme cuadrado gris con 2 burdas torres en medio de la carretera.
Recuerdo cuando nos cambiamos aquí, había una arboleda y jardineras. Ahora los de enfrente cortaron los pinos para leña. Habríamos hecho lo mismo si hubieran crecido lo suficiente de nuestro lado. Pero al menos la tierra que hay detrás de nuestro edificio nos servirá para cultivar tomates. Ojalá pronto, por que ya nos comimos al perrito de Doña Laura y cada día hay menos palomas.
El edificio 1 esta enfrente, ni tan cerca ni tan lejos. Como en la distancia exacta para darte flojera regresar a medio pedazo. El Sol sale a nuestra derecha y poco a poco empezamos a ver todos los carros chamuscados y las piras de llantas. Veo que intentaron improvisar una cerca de alambre, pero no les resultó.
Ahora que lo pienso, ambos conjuntos habitacionales parecen 2 peones de ajedrez que quedaron enfrentados y no pueden hacer nada. Condenados a bloquearse en lo que otras piezas más importantes terminan el juego. No sería descabellado pensar que así fueron concebidos, desde los planos. A lo mejor si hubieran terminado el edificio 3, ahorita servirían mediadores. Algo así como la ONU.
Ni me acuerdo como empezó todo. Primero se fue la internet y el celular.
El asunto es cuando ellos empezaron a venir por comida. Primero la suplicaban y se las dábamos, conservamos cierta civilidad, pero obviamente empezó a escasear y cerramos las puertas. Luego secuestraron a una chica y su novio nos dijo que querían despensa a cambio. Su mamá chillando cruzo el estacionamiento con una bolsa llena de latas. Pero no regreso ni ella ni su hija.
El asunto es cuando ellos empezaron a venir por comida. Primero la suplicaban y se las dábamos, conservamos cierta civilidad, pero obviamente empezó a escasear y cerramos las puertas. Luego secuestraron a una chica y su novio nos dijo que querían despensa a cambio. Su mamá chillando cruzo el estacionamiento con una bolsa llena de latas. Pero no regreso ni ella ni su hija.
Algunos tenían parientes o amigos en el edificio 1. Unos fueron con ellos y otros vinieron, luego cuando las cosas se fueron acomodando y empezamos a formar bandos, los que se quedaron de nuestro lado, se volvieron rehenes.
Así, el muchacho camina por delante de nosotros se llama Marcelino Rojas.
Le puse la chamarra dizque por el frío, pero no sabe de la bolsa que va pegada detrás; y el hilo que jala de eso, lo tengo yo. Le amarramos las manos y la boca con cinta canela, no vaya a decir nada de lo que tenemos. Por que vio el departamento de don Chava y lo que sacamos de ahí. Si no fuera por ese viejo, los del edificio 1 ya nos hubieran metido en bolsas de plástico.
Pero resultó que todo lo que decía era verdad y que si era un coronel retirado. Primero no quería ayudar el viejito carajo, digo entendiendo que se atrincheró en el 205, pero gracias a la divina providencia no le quedaban muchas pastillas para su corazón.
Pero resultó que todo lo que decía era verdad y que si era un coronel retirado. Primero no quería ayudar el viejito carajo, digo entendiendo que se atrincheró en el 205, pero gracias a la divina providencia no le quedaban muchas pastillas para su corazón.
Le dijimos cambiaríamos un frasco lleno, por algunas pistolas. Pero luego ya no escuchamos nada. Nos ganó la desesperación y tumbamos la puerta. Ahí yacía en el suelo, junto a una vasta colección de rifles y cosas interesantes.
Aunque se que ellos tienen a cuatro en el piso 7 que le hacían a la cacería deportiva. Les di clase a 2 de sus hijos y siempre me contaban que tenían una pared llena con cabezas de venados. Bueno, se me olvido comentar eso en la asamblea y me siento muy mal.
Pero no me atrevo a decir que sabía.
A Humberto le hubiera servido cuando acorazamos su microbús para una ofensiva. La idea era atravesar la barricada y atravesar esas pobres puertas de cristal y reja. Una vez dentro, Pablo García le prendería a los bidones de thinner y saldrían corriendo por atrás. Digo, no era un mal plan, hubiera podido funcionar, el único acceso es el lobby de abajo -si es exactamente igual a nuestro edificio- y bueno, toda su pinche torre se hubiera vuelto una estufa de petróleo. Esos hijos de la chingada hubiera salido brincando por las ventanas.
¿Cómo iba a saber de las escopetas?
La regué y bien gacho. Pero que Dios me guarde si se enteran los demás. Ahora el micro esta volcado cerca de un poste de luz. Aun sale humo.
Peor aun, su represalia si hizo daño.
Había muchas mujeres en nuestra azotea, pensaron que ahí iban a estar más seguras si los del Edificio 1 decidían venir en la noche a vengarse. Pusimos vigías en el piso 3, todos armados, digo. Por eso quemamos llantas, para poderlos ver, por que lo único que Don Chava no tenía, eran gogles de visión nocturna. No esperamos un ataque desde arriba.
El cabrón que vive en el piso 4 salió al balcón y mandó un dron de control remoto. No se que le puso, apenas la cámara y otra cosa, por que esa chingadera llegó directo a los tanques de gas estacionario. Todavía me duele la nariz y nadie se anima a ir arriba. Huele bien gacho.
La única que bajo fue la Sra Dulce Ortiz, le tuvimos que dar mezcal para que se emborrachara. Perdió un brazo.
Marcelino Rojas chillando nos dijo que tiene otro dron.
Anoche lo querían matar, pero les dije que aguantaran, por que tengo una idea. Igual no se hace, pero vale la pena. En el Walkie-talkie convoque tregua con el edificio 1. A lo mejor piensan que es una trampa pero aceptaron, lo que si me consta, es que ya no tienen nada que comer. Pronto nosotros tampoco. Por lo que ellos pueden tramar algo también.
Anoche lo querían matar, pero les dije que aguantaran, por que tengo una idea. Igual no se hace, pero vale la pena. En el Walkie-talkie convoque tregua con el edificio 1. A lo mejor piensan que es una trampa pero aceptaron, lo que si me consta, es que ya no tienen nada que comer. Pronto nosotros tampoco. Por lo que ellos pueden tramar algo también.
Le pusimos la playera blanca al palo de una escoba y la ondeamos lo más fuerte, para que no nos disparen. No se cuantas balas le quedan en el M4 a Chuy, nomas veo que si apantalla con la cazadora y las cartucheras. Ramiro va del otro lado mío y trae de esas hechizas Star, que son la mitad de madera. Esa si tiene harto parque, nomas que no es muy confiable.
Vienen 4
Nomas conozco al Lic. Inés Borges. Es tío de mi esposa. Ese viejo cabrón trae un remington 513 con mira telescópica. Ahora que lo pienso, no fue el dron el que hizo explotar la azotea. Eso era nomas para espiar y como vieron que había mucha gente ahí. ¡Tras! Puto culero.
El otro es un güero que siempre saluda cuando salía a correr ¡como me caga el pendejo!
A los otros 2 no los ubico. Pero traen escopetas.
-Hasta ahí, Juan Pablo-
Me apunta el viejo hijo de la chingada.
-Aquí tenemos a Marcelino, esta asustado pero no le hicimos nada-
-Lo traen amordazado, nomas me salen con alguna pendejada y los chingamos-
-Es por seguridad nomas. Ahorita ustedes lo desamarran-
-¿Qué quieren Juan Pablo?-
-No queremos nada, nomas una tregua. Ya no tenemos comida tampoco. En lugar de estarnos peleando mejor que cada quién le busque como sobrevivir. ¿No?-
-No te creo nada pinche maestrito. A guebo que tienen comida- Puto güero, por eso me cagas.
-Ya nos dimos en la madre mucho rato. Se los devolvemos de buena voluntad. Nomas que aquí quede el asunto. Y ya cada quién a lo suyo-
-Bueno. Ya no me aguanto a su madre. Ta bien Juan Pablo. Vamos a llevar la fiesta en paz. Pero si vuelven a acercarse los vamos a matar. ¿Entiendes cabrón?-
-Afirmativo licenciado- Ahorita vas a ver tu “afirmativo” viejo naranjo.
Marcelino camina lentamente hacia ellos, le dijimos que si corría o volteaba le dispararíamos. En la noche lo atormentamos un poco, así que por miedo no lo hará los primeros minutos. No se han dado cuenta del cordón de cáñamo que va estirándose a su espalda. El carrete sigue dando vueltas, pero están muy concentrados en nosotros.
Apostaría que el Lic. es su líder. Y si no, estoy seguro que esto les hará daño.
En una hora, intentaremos otra avanzada. No lo esperan. Hay una suburban detrás del edificio 1, que tiene gasolina. Las llaves estaban en el bolsillo de la Sra. Dulce, me lo dijo antes de pasar a mejor vida. La camioneta es de su hermana, pero ella se ha suicidado cuando todo esto empezó. Ahora sólo yo lo se.
En cuanto tomemos el edificio 1, empezaran las asambleas y los juicios. Mi familia y yo, nos largaremos de este lugar asqueroso.
Ellos se alejan sin darnos la espalda. Nosotros igual. El güero nos sigue apuntando, nosotros igual. No se si la distancia sea adecuada, me da miedo pero tiro el cordón. Caen los seguros en un tañido ligero.
Me quedo sordo y salpicado.